Esta es una verdad incómoda, lo reconozco. Como lo debe ser continuar el camino con la mochila cada vez más pesada. O peor, llena de eso que ni nos sirve ni nada tiene que ver ya con nosotros. Y aquí cabe todo: personas, relaciones, hábitos, trabajos, creencias familiares, conflictos, objetos, tradiciones, etc.

En algún momento de nuestra historia aprendimos que la vida es sacrificio, seguramente porque a nuestros antepasados no les quedó otra opción y porque comer cada día se convertía, en la mayoría de los casos, en una hazaña.
Pero hoy por por hoy el caso es diferente. Mientras nuestras necesidades básicas están más que cubiertas seguimos con él hábito de guardar en nuestra mochila bajo el famoso «Por si…». Y mira que no pretendo hacer una oda al Método Marie Kondo (o KonMarie, o «volverse loca tirando cosas que no nos llenan y el resto las guardamos de una manera en la que el TOC queda oficialmente normalizado»), el gran problema no son los objetos, sino los roles, personas, relaciones, trabajos o creencias que no hacen más denso el camino.
Esta misma mochila nos da algo muy valioso y que nos cuesta reconocer: la posibilidad de quejarnos.
Sí corazón, nos quejamos más de lo que somos conscientes. Y claro, si saco ésto, estoy y lo otro de mi mochila… ¿a quién maldigo ahora?
Por eso, y aquí son claves para mi varios puntos:
ACEPTA que todas las cosas de tu mochila las has elegido tú: ni tus padres con su crianza, ni el marido que elegiste, ni el trabajo al que decides día a día ir, ni el gobierno son responsables de lo que acarreas a diario. Responsabilízate, corazón.
RECONOCE: entiende y agradécele a tu Yo del pasado, que eligió con lo que sabía y tenía, hizo lo que pudo. Reconoce tu fortaleza, porque hay que ser muy fuerte para cargar durante todo este tiempo con todo ese arsenal que ya no necesitas. Reconoce la lealtad a tu familia y a ti. A veces todo aquello que soportamos lo hacemos para no traicionar a nuestra herencia familiar, nuestro clan, nuestro yo del pasado.
SUELTA lo que ya no merece la pena: Y ahora, sé honestx contigo, con lo que hoy eres y necesitas. Suelta para que la vida pueda traerte más de eso que estás deseando.
Si se te hace cuesta arriba lo que te propongo en este post, creo que es el momento de emprender el viaje de tu vida, ¿lo hacemos juntos?